La decisión de hacer propietaria la extensión de C# en Visual Studio Code está levantando ampollas, pero Microsoft sigue siendo un partidario constante del código abierto.
El metaverso puede ser la próxima parada en la vertiginosa evolución tecnológica marcada por los entornos híbridos, en los que lo físico y lo virtual se funden en uno solo. Solo el tiempo dirá si esta fiebre es otra burbuja o una tendencia real cuya aplicación habrá que regular para garantizar los derechos de los usuarios.
La convergencia de tecnologías como la IA, la IoT, la nube, el extremo y el blockchain está propiciando una nueva realidad que nos va a llevar a desmaterializarnos y a vivir en el metaverso.
En un momento en el que nuestras vidas empiezan a ser casi las que eran (el adiós a la mascarilla en interiores es el último ejemplo más paradigmático) toca reflexionar sobre qué ha supuesto la pandemia en términos de transformación tecnológica, materia sobre la que profundiza el último especial de ComputerWorld: ‘Pulso al escenario digital pospandémico’.
La transformación digital no debe tratar simplemente de convertir en digital todo aquello que ya existía en el negocio, sino transformar por completo la forma en la que se hacen las cosas. Es aquí donde entra en juego la minería de procesos.
La nueva guerra en territorio europeo vuelve a traer la incertidumbre que ya se estaba diluyendo con el final de la pandemia. Aun así, se espera que este sea un ejercicio de consolidación de los proyectos de transformación digital impulsados durante estos dos años de crisis sanitaria.
Las consultoras están liderando la inversión en innovación y nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, 'big data', nube o 'blockchain', entre otras.
Para tener una radiografía de género, tenemos que fijarnos en la mujer que estudia, la mujer que trabaja y la mujer que convive con la tecnología y hace un uso cotidiano de ella.
2022 será así, sin duda, el año en el que deberemos seguir apostando por la tecnología, superadas las inversiones y proyectos que se iniciaron con la urgencia que provocó la pandemia. Es el momento de ir más allá, de centrarse en el largo plazo, abordando un enfoque estratégico de la transformación digital.
La revolución digital seguirá su curso este año con la adopción de novedosas tecnologías por parte de todos: ciudadanos, empresas y organismos públicos. El desafío, no obstante, radicará en garantizar que esta fiebre digital no socave los derechos humanos.
Este año no será de ruptura o de grandes disrupciones tecnológicas, pero sí de importantes avances, especialmente ante los nuevos espacios que se van abriendo.
2021, el año de la recuperación de los devastadores efectos de la pandemia de covid que explotó en 2020, llega a su fin. Si echamos la vista atrás podemos corroborar, de nuevo, el creciente —en realidad indispensable— papel de las TIC en la sociedad actual, sin las cuáles prácticamente ningún sector productivo podría operar.
Tras un 2020 aciago en el que el mundo se sumió en una terrible pandemia, hace 12 meses llegó el año que iba a ser el de la esperanza. No ocurrió del todo así, pero sí que ahora el mundo se encuentra ante un momento realmente crítico: alcanzar la tan ansiada “normalidad”.